lunes, 25 de mayo de 2020

quiero que dejemos de llorarnos

Siempre he sido exagerada.

Pronto cumpliremos ese número (que consideraba maldito) en años, de no ser la pareja que tantos admiraban. Claro, ver las cosas desde fuera conlleva un sesgo. A veces, eso logra generar consejos más objetivos. A veces, genera que los consejos estén flotando en la atmósfera de la teoría. No ponen los pies en la tierra.
Cuando llevábamos poco más de dos años empecé a decir 3. Aun sigo diciendo tres. 

Justo, la pandemia y el confinamiento me han ayudado a comparar ese sentimiento latente que tuve todo este tiempo. Querer que todo vuelva a la normalidad y saber que ya "nunca jamás", volverá a eso. Porque por un lado, esa  normalidad era mala. Y por otro lado, muchas partes buenas ya estan rotas de tal manera que sabemos que jamás volverán. Además, claramente cada una a cambiado que ya hasta podríamos decir que si "regresamos" ya sería Jimena e Itzel, por dar un ejemplo ilustrativo.

Siempre exagerando..

¿Cómo no hacerlo? Siento todo tal cual es justo ahora, y sé que en un futuro, donde ya haya sentido otros terremotos, esto parecerá un poco más chiquito. Sigo pensando que la muerte nos acecha siempre, y que estas desperdiciando nuestra juventud, nuestros "mejores" años en tonterías. 

Tal vez la única tontería es seguir creyendo en esto, apostándole al poder (yes I can).

Y sí soy cobarde, violenta, insípida, intensa, insensible. Tantas cosas que he sido, tantas cosas que me has dicho que soy. Sigo escribiendo aquí aunque ya nadie lea esto, y justo es por eso, Cobarde.
Sigo escribiendo pendejadas, violentando tu tranquilidad.
Sigo sintiendo no suficiente interés (cada vez más) como el que esperas.
Sigo detonando los más grandes sentimientos y dejándome llevar cegada.
Sigo sin parar.

No, no me siento superior en nada. Claro que he buscado ayuda, aceptado desde los inicios de las discusiones que necesito, que incluso estoy mal en todo.

Pese a todo sé en qué sí he cambiado y en qué hay que seguir traajando.



sábado, 24 de agosto de 2019

la muerte

La muerte es parte de la vida.

qué trillado, pero cierto.


La muerte arranca el apetito y la tranquilidad de una manera tan violenta que no es suceso que pase desapercibido.

18 de agosto de 2018
8 de julio de 2018

Hoy más que otros días de este año, me siento perdia.
Estoy enojada, estoy bastante enfurecida porque han vuelto a mi todos los malestares de este año.

El enojo por el abuso, el no estar.
Ir por los gordos y terminar con la tan dolorosa ley del hielo.

Tanto tiempo con ganas de apostar todo. Tantos días pidiendo mi respeto y autodeterminación.
Agg este mundo es tremendamente injusto.
Muchas veces este año paso todo esto.
Pero el tema es que esta es la última, sí.


No se cómo voy a encontrar mis sueños. Ya no tengo.
No se lo que quiero. Algo rompi dentro de mi, algo que antes era muy simple.


El dolor mas grande ni se cual es.. aquel dia que por fin me terminaste, el dia que me enteré que planeabas con alguien mas, aquel dia que yo sentí cosas por alguien que no me hace ni la mitad de lo que yo una vez sentí por ti.

El día que tuviste un accidente y me castigaste con no saber de ti.
El día que te saliste del proyecto, o la primera vez que te fuiste temprano.

Me duele y atormenta a mi manera todo esto. Pero lo mas grave es que ni se expresarlo. No quiero
Siento odio de nuevo. Siento pánico de nuevo. Me siento perdida otra vez y cada vez que pienso en mi futuro ya no sé nada..

Hoy 24 de agosto de 2019, siento que sabes lo que yo sentía.


domingo, 8 de julio de 2018

Arrancame el robot, el dolor y la procrastinación.

Lo cierto es que los finales son diferentes a como me los había planeado.

Siempre es duro aceptar que hay que dejar cosas (me repito constantemente: La muerte es la única que es irremediable).

Al final, duele demasiado pero, hay que aprender a escarbar lo más profundo para encontrarle algo positivo, ¿lo hay? Yo creo que sí. Aún no lo encuentro, pero sé que lo hay.

Tantos proyectos, tanto amor. ¿Todo eso se ha vuelto nada? NO. Jamás, ha sido mucho, aunque ahora me cuesta darme cuenta de que está y estará ahí, siempre en mi ser  -ya ha pasado un año-.

He dejado un pedazo de mi en otra persona, en tantas, pero mi corazón no está vacío porque a esas personas les he robado el pedacito que les pertenecía. (¿Eso será esperanza?)

Qué egoísta es ser humano, qué duro es sentir.

Mis sueños más grandes son amar sin ser juzgada, amar sin lastimar, amar de corazón sin causar problemas.  Siento que ahora sólo sé arruinar corazones y mentes, pero pienso que no puede ser todo tan negro, tan sangriento, tan agujero. 

Quisiera volver unos años atrás, eso jamás va a suceder. Quisiera no anhelar tanto el pasado y que esté presente fuera tan feliz que al llegar a casa no me inunde la tristeza o melancolía. (Ahh cómo soñaba con llegar a casa y recibir uno de tus besos).

En el plano amoroso sentimental de aparentamiento siento que voy a rendirme en definitiva, que esta vez ha ganado por mucho, el miedo, y que no hay fórmula adecuada para solucionar este abatimiento. Mis decisiones cambian a diario, y no sé lo que quiero. Ahora sólo sé lo que no quiero, al menos no me siento tan perdida.

¿Será que soy tremendamente inmadura? o es un síntoma normal de la señorización en esta ciudad. Tantos años criticando esto en lo que me he convertido. Estúpido mundo, carcome y te hace cocowash. Me lo hizo, me llenó de terror, me ha paralizado y ahora, ahora sólo sé tirar pa lante a un futuro que parece igual de relativo que todo y que nada.

Ahora entiendo por qué las religiones tienen tantos adultos metidos, fanáticos de la supuesta certidumbre de haber encontrado lo real, la verdad. Pero, no son más que cortinas que nublan lo duro que es aceptar que no hay sentido en esta vida. El único sentido es del que te  logres convencer.. ¡qué duro!


Vida sólo hay una, es dura y triste, y ahora sólo encuentro que prefiero vivir que morir, no sé para qué, pero parece una esperanza de mi yo pequeñina que lucha por lo fantástico, por lo pleno, porque sabe que existe, que lo vivió, que ahora parece lejano e imposible, pero que sueña con recuperar.



viernes, 26 de febrero de 2016

Adultez (adultez joven)

Un día despiertas y ha pasado el tiempo. Tu mirada es cansada y suele dolerte, de vez en cuando, alguna parte del cuerpo que solias sobrexplotar de niñe, puberte y/o adolescente.
Te das cuenta que te siguen rondando las mismas preguntas que cuando eras más joven, pero que ahora son muchas más y tienen muchos más matices. Sigues sintiendo, pero ahora no tan a menudo, aquella vida y los sueños que solías sentir y que te hacían vibrar unos años atrás.
Empiezas a entender más profundamente todas aquellas frases coloquiales que te decían tus mayores y uno que otro consejo que recuerdas que tenía que ver con disfrutar la niñez y no tener prisa de crecer.
Pues eso, eres un adulte, o al menos esto me pasó a mí. Tocan demasiadas responsabilidades a la puerta de cada mañana para recordarte que ya recaen sobre tu peso y el de otres muches más adultes como tú.
Pero la vida no se detiene, el concepto del tiempo es voraz, y no pausa para que te puedas acomodar el disfraz, los calzones o el cabello. Simplemente pasa.
Recae en cada uno interpretar y darle el valor necesario para que esa vida que comienza cada mañana pueda tener un sabor, aunque amargo, delicioso como el café y puedas agregarle lo dulce que quieras, ya sea con una bollería o algo tan simple como el azúcar.

Voy por la calle, disimulando que soy madura, educada y tengo empatía con las personas. Bueno no, en realidad intento interpelar en cada momento a mi mejor posición en el mundo, que sin duda me da un mejor sabor de boca mientras ando por ahí. Por ejemplo, de vez en cuando me doy cuenta que alguien requiere ayuda y le echo una mano, claro dentro de mis posibilidades, porque me ha tocado ver a un ciego pedir ayuda para cruzar la calle mientras mi microbús arrancaba y faltaba bastante para mi descenso. No era imposible, lo sé, pero no era yo la indicada.

En realidad, en la calle pasan muchas cosas y estar sola caminando o viajando me hace pensar en muchas miles de posibilidades, como la sencillez de informarle al joven de adelante que su mochila tiene un cierre abierto, e inmediatamente pensar en las mil posibilidades y decir mentalmente, bueno, está vacía, puede ser que esa persona sepa ya de su condición y en realidad no le importe ni le sirva mi intervención; y así muchos pensamientos más que te hacen perder la oportunidad de ayudar a un ser desconocido. Esta ocasión mi cabeza se clavó en algo que la sociedad nos hace pensar como negativo, y que bueno, en realidad suele serlo. Los chismosos y entrometidos a nadie nos encantan, aunque quién sabe tal vez pueda ser bien agradecido, termines incomodando o, incluso, hacer enfurecer a la gente por tu simples ganas de ayudar. Me ha pasado.

Esto me parece triste porque cuando yo era muy adolescente (que seguro que aun lo soy, pero un poco menos) este tipo de pensamientos eran muy ligeros y no me impedian interrumpir a la gente para decir mis dudas, o consejos, incluso en ocasiones hasta aprovechar y pedir algo, un favor, la hora, una sonrisa, una moneda, o un interlocutor. Siento que hay un miedo por ahí que nos invade de vez en cuando a muchos (no a todes, es claro), porque notas que muchos tratan de dar una moneda al señor que va cantando pero como les da pena llamar la atención (o simplemente no te gusta hacerlo) no echan un grito para que vuelva a pasar a su lugar. Típico en el metro.

Yo debraio mucho con estas cosas. Pero también es que pasan cuando  miras todo con otros ojos, cuando uno va por la vida siendo adulto (jajaja ahora parece que hablo como si el año pasado que tenía 24 años no supiera nada de la vida, pero es sólo que esto pasó paulatinamente pero hasta ahora me percaté).

Hace unos días caminaba con algo de prisa por las calles de una colonia poco concurrida y vi a un niño (desconocido para mí) a lo lejos que jugaba con una espadita. El chamaco jugaba a solas mientras esperaba que atendieran a su madre en la tintorería. De inmediato pensé en ponerme a jugar con él, pero el tiempo me comía. Seguí mirando el andar de mis pies en la banqueta y al pasar casi junto a él noté que me retaba un duelo, lo miré directo a los ojos sudando la gota gorda porque al retirarme sería el fin de mis vidas ficticias y él ganaría invicto. Así que lo miré directo a los ojos, creo que lo maté con la mirada y de inmediato sonrió con esos ojos traviesos que me contagiaron la sonrisa y la expresión. Al menos nos habíamos enfrentado, él comprendió mi partida y yo le regalé algo, quien sabe qué.

La adultez te hace dudar más, es la verdad, ya sabes los riesgos y a veces te da miedo pensar en perder o sacrificar cosas. Al menos encontrarme con este niño me hizo notar que aún se esconde en mí algo de eso (tal vez por eso sigo siendo medio adolescente). Cuando eres niñe  libre no entiendes de esos miedos y vas aprendiendo por la mala, o tienes suerte y no aprendes nada jajaja. Cuando eres joven puedes saber los riesgos pero te valen poco a comparación del goce.

Ay como se extrañan los años de locura en lo que poco importaba los regaños de los adultos. Ahora lo que no quieres es preocuparlos. Y aunque esa vida sigue latente se queda por ahí atorada en el raciocinio. Uno intenta, sobre todo, "comportarse a la altura" porque por años te (bueno quiero decir a mí, me) pidieron ser no tan impulsive y pensar un poco más las cosas. Aún se es impulsive, pero en cosas como las peleas con los coches de a lado, la persona que se mete en la fila, entre otras cosas que sólo sacamos con la parte -como dijo Edna que vio en pictoline xD- cavernícola de nuestro ser. En verdad, muchas veces no sabemos que el coche de un lado se metió bruscamente para esquivar un bache, o que la persona que se mete en la fila en realidad tiene una emergencia.

Lo malo de ser adulto es que entiendes más las dudas y por lo tanto ahora yo entiendo más que vivimos enojados, muchos, más por este sistema, el gobierno y el ritmo de la ciudad. La familia, el dinero, los cuates, los vecinos, buff siempre nos bombardean por todos lados. En el trabajo hay mucho esclavismo. El gobierno parece reírse de nosotros en nuestra cara, si dices algo te apalean unos ciudadanos uniformados semi roboticos. Esta ciudad es de locos, aceptemoslo, yo he tenido que parecer una loca para poder llevar una vida feliz jaja. Y bueno creo que de eso se trata, nadie explica al 100% cómo ser adulto porque nadie lo sabe en realidad. Te dan consejos y sabes algunas nociones, pero hay que vivirlo, y bueno todos tenemos algo de locos no?

Yo la loca de los perros, protegiendo a seres que "sólo es un perro". La loca por su abuelita defendiendola a capa y espada de problemas que "no son tus problemas". Patrocinado por, "y la tesis?". jaaja '._.

Muy buenas locuras todas, pero al final te das cuenta que bueno, el tiempo pasa, uno jamás se da cuenta, digo, sabes que el reloj corre, pero jamás entendemos en su totalidad el concepto hasta que por fin, despiertas y te das cuenta de que ahora filtros de interpretación de la vida llevan tu edad y experiencia encima, aunque poca y corta en mi caso, es basta para mirar a los chaves de hoy y decir, bueno lo que hacen está mal, pero a su edad yo estaba igual o incluso peor, aunque, en mis tiempos era distinto todo.

Queda mucho que aprender, no podremos aprenderlo todo, pero es importante estar abiertes a todo lo que se acerque a enseñarnos. La vida y el cuerpo son maravillosos, pero hay que cuidarlos y amarlos para que den su rendimiento que al final de todo, uno puede desaparecer pero haber sentido la plenitud en todas sus formar y saber que siempre hay cómo mejorar, no hay caminos que seguir, hay que hacerse de sus caminos.





jueves, 14 de enero de 2016

Muerte

No sé si las personas lo entiendan, vaya, sé que saben que perder a un ser querido es doloroso, traumante y sumamente triste. Pero aunque vivimos en "el siglo XXI" y la posmodernidad nos abrumó en todas partes, para muchos es muy difícil entender cosas que salgan de la norma. Porque aceptémoslo, las personas en general siguen dentro de una norma, sólo que creen que esa norma es lo de moda ahora.

No sé, creo que muchos lo piensan y nadie me lo dice, tal vez temor por mi carácter, venga, ojalá lo dijeran para intentar cambiarles esa idea.

Para mi la muerte de Spike, de Piri y la reciente de Motita han sido horribles. Bueno, cada muerte de cada animal que tuve a mi encargo y cuidé y amé, han sido devastadoras. Claro, he llorado por muertes de familiares relativamente cercanos, de sangre - pero es tan distinto, y siento que pocos entienden (de verdad, qué haría sin mi bonita que hace las penas entendibles). Cada uno de esos amigos que han muerto me dedicaban todo su tiempo, era yo quien estaba a cargo de mantenerlos bien, de amarlos, de estar para ellos...tan cerca, una conexión tan íntima.

Hoy me di cuenta, de algo tonto - único al parecer, ¿hay alguien en este universo que le suceda? - pensaba en que mi cita con mi quiropráctico era el 21 de diciembre, y dos meses antes estaba pensando en esa fecha, pensé en un lunes 21 de diciembre lejano... ¿Es el universo? ¿Hay conexiones? Suena loco, pero yo pensé en ese día, lo pensé en un contexto y terminó siendo un día que sabía llegaría, pero no con tal acontecimiento.

Ya sé, vaya loca.


Ñaam