martes, 31 de marzo de 2015

Preocupación

Es una palabra compuesta y compleja en significado y uso.

Hace un rato caminando hacia casa me pensé todo lo que quería escribir, compartir y expresar…normal, se me ha ido la fluidez, aun espero poder hilar algunos enunciados entorno a mi malestar.

Soy una persona a la que comúnmente la llaman: se preocupa demasiado. Es cierto, me preocupo mucho, aunque no comparto la idea de que eso esté mal, no si entendieran las subjetividades con las que me defino.


Me preocupa todo. Me preocupa pensar que ésa que pudiera llamarla virtud no la pueda empatizar y transmitir a mis pares. Quisiera transmitirte que el hecho de que “me clave” intentando mejorar nuestras discusiones no es sólo un hecho provocado por las hormonas; sino más bien el pesar que me deja no poder al menos intentar descansar sin embrollos en la mente. Quisiera que mis padres se preocuparan por el sentido de sus vidas y no sólo –ellos lo demuestran más- fueran un saco de hormonas de un día estoy bien y al otro mal.


Quisiera que los politicuchos europeos se “preocuparan” menos por el dichoso accidente aéreo y sus versiones fueran reales y sensatas; y si lo son ojalá los ciudadanos creyéramos más en ellos, ojalá ellos no fueran mierdas en la inmensidad. Quisiera que las personas se preocuparan más por su ambiente, por su alrededor. Quisiera que el exdueño de Gudai hubiera sentido pesar al devolvérmela y al menos despedirse de ella. ¿será tan difícil? Ni siquiera una caricia, nada. Al mismo tiempo quisiera que Gudai(Gemela) no se preocupara tanto porque la deje un rato en la veterinaria; yo regresaré, voy a estar allí. Aunque me cuesten horas y dinero que no tengo, es simple condición humana que me importe tanto otro animal, porque así quisiera importarle a los demás animales que me rodean.


Quisiera que mis preocupaciones no se tornaran extremas, a veces siento y pienso que son tantas que van acumulándose y no tendré tiempo de reflexionar y resolver cada una de ellas. ¿Se imaginan? A tan temprana edad y el acelera fastidioso en el que nos adentramos por el único hecho de ser individuales y tener una mente que bien puede pensar en problemas mundiales tanto en personales y hacerse un completo embrollo. Quisiera al mismo tiempo preocuparme por pensar en que no estoy para resolver todo, y menos si son situaciones externas.


Quisiera que las personas fuésemos más sinceras con nosotros mismos y para con los demás. Quisiera que no hubiera excusas, que la gente adoptara perros criollos y no comprara status. Quisiera que la gente no adoptara para después deshacerse de ellos porque se separaron o porque siempre han sido alérgicos y se meten a una responsabilidad inimaginable.


Siempre tengo muchas interrogantes y cosas inacabadas en la mente sobre qué hacer y el porqué de que la vida gire en torno a personas que no son lo suficientemente sensibles para empatizar con su alrededor, o de paso que no frieguen en el camino.


Pues ya, no sé, creo que el sentido de lo que quería escribir mientras lo pensaba se fue y sólo me dio diarrea de teclado. Por ahora pensaré en lo que mi papá siempre dice que dice mi abuelo (seguro es un dicho popular): no te preocupes, mejor ocúpate.

Son días, supongo que al final de cada situación sinfín todo se define en vivir.



Ñaam

domingo, 29 de marzo de 2015

Los hijos

Eran 9 los pequeños perritos que estaban siendo cuidados por dos madres, madres biológicas. Tomamos fotos y nos fuimos. Para la siguiente vez que los vimos ya tenían 2 meses, aproximadamente, decidimos llevarnos dos hembra, bueno al final también un macho. Mi cuñada y su novio se llevaron a otro macho, uno negro con blanco,  era hermoso.

Los tres pequeños empezaron a dar su lata por las noches, eran todos unos bebés, lloraban por comida, por hacer del baño, para jugar y para dormir xD Era muy cansado pero igualmente bello. La negra, el macho y la tigresa les comenzamos a llamar, más que nada por sus características. Unos días después les tomamos fotos y comenzamos la búsqueda de hogares amorosos.

Los llevamos al vet y nos dio desparasitante, los pesamos, cada uno tenía una bola por panza eran regordetes, lo que significaba que estarían llenos de parásitos YuK! Y así fue, lombrices como espagueti salieron de la negra y el macho, pero de la tigresa no salia nada, ni siquiera pos según recuerdo. La tigresa comenzaba a sentirse mal, a estar triste, a  casi no llorar, a acostarse en nuestro regazo en vez de ir a jugar con sus hermanos. Nos preocupó, ella y la negra ya tenían un posible adoptante cada una, vivían algo lejos, pero valdría la pena. Así que llevamos a la tigresa a checar con la vet y nos dijo que seguro traía sus lombrices atoradas, le dio unas inyecciones y boom, de unas horas a otras se puso como nueva, muy cariñosa y juguetona, incluso caía en ser maldita. Ella había sido la hembra más pequeña de la camada, era muy linda.

La negra recibió nombre, Suzu y la tigresa también (aunque prefiero no recordarlo) por parte de sus adoptantes. Un día quedamos con ellos juntos y les entregamos a Suzu y a la tigresa. Fue complicado porque nuestro testigo/veterinaria no quiso firmar el contrato, los perritos recibirían su primera vacuna y la vet tampoco quiso hacerlo. Así que decidimos dejar ese acuerdo para después y entregar oficialmente a nuestras hijas. El macho por supuesto esperaba en casa, solito. Firmamos con Diego para Suzu y con Adrián para la tigresa y listo, se marcharon de nuestras vidas. Aun nos quedaba el pequeño macho sin nombre ni adoptante.

Esa noche durmió con nosotras en cama, muy coqueto y chistoso, parecía tener una S en el pecho con su pelo blanco y se sentaba como si sus piernas fueran enormes y no pudiera cerrarlas jeje, era hermoso. En lo que buscábamos su adoptante decidimos buscarle un nombre. Un sin numero de ideas y no ideas venían y se iban, pero al final no supimos cual, así que quedó el mas chipocludo: Thor.

Sin embargo, el nombre que le elegimos no le duró, conseguimos un adoptante y.. bueno le puso Zeus. xD Espero que no haya sido por la S que le mostramos en el pecho :S jaja

Y Listo, se nos fueron tres pequeños. Aún faltaban cinco, en ese lugar vivían. Pero habíamos sacado a cuatro, nosotras a tres orgullosamente y tenían familias prometedoras con padres que mostraban su compromiso ante todo...

El cuarto cachorrin lo tenía, como ya dije, mi cuñada y su hija, la sobrina de mi novia, lo nombró Compañero, y vaya que era su compañero. Ella decía felizmente "es mi compañero" o incluso cuando no quería que lo tocaras, regañaras o miraras demasiado -es mi compañero-.


continuará......
Lui